lunes, 17 de septiembre de 2007

Sobre La importancia de llamarse Fidel

Fidel el Omnipresente

Por Arie M. Kacowicz

¿Como explicar la supervivencia de un líder político en una pequeña isla del Caribe después de 48 años? ¿Cuál es el secreto del carisma extraordinario de un personaje político emblemático (no estamos hablando del señor Hugo Chávez, o de Juan Domingo Perón) que ha sobrevivido innumerables atentados perpetrados por la CIA estadounidense y opositores durante cuatro décadas? Fidel Castro no es sólo un personaje atípico en términos de política internacional, sino un enigma que conjura respeto, odio, pasión, pero nunca indiferencia.

El film documental "La Importancia de Llamarse Fidel" representa una oportunidad original, risueña e independiente de contestar algunas de las preguntas que los politólogos nos hemos formulado desde siempre, pero nunca pudimos responder fehacientemente. Como comprender la revolución cubana, o en términos más específicos, el récord mundial de longevidad que sustenta el líder máximo de Cuba en perpetuar el poder político? Desde Max Weber y su estudio del carisma, pasando por los avatares de la guerra fría hasta nuestros días, la figura de Fidel (Castro) ha sido un parangón de liderazgo e ideología, de progreso social y totalitarismo político, de desarrollo social y económico con una total falta de libertad política y cívica, es decir, una fascinante contradicción de términos.

Dicha contradicción se refleja en este film documental al referirse (en pretérito) a la acción de Fidel como divisoria, polarizadora, e inclusive confusa. La trayectoria de Fidel Castro desde un comienzo nacionalista e independiente, hasta una dependencia de la (ex) Unión Soviética propagada por el rechazo norteamericano, culminando con un pragmatismo y apertura hacia Europa (y otros países del norte, incluyendo Canadá e Israel) paradójicamente explica la supervivencia política del régimen castrista debido al bloqueo (ineficaz) de los Estados Unidos, y la empedernida actitud de la comunidad cubana exiliada en la Florida. Mientras tanto (durante casi cincuenta años) Cuba experimentó una revolución y transformación social y económica, que la llevó a la cúspide latinoamericana en términos de educación, salud y servicios sociales, acompañada por la persistencia de un régimen totalitario que hoy DIA se considera anacrónico. Pero a diferencia de la China contemporánea, que también se aferra a un régimen político totalitario con una necesaria apertura económica, el rol de Fidel (Castro) como líder político ha sido crucial, extraordinario, probablemente único y singular.

Esto explica por qué, más allá de los estereotipos, las personas entrevistadas en el film, en forma casual (o no), y sin entrar en devaneos macropolíticos de la realidad internacional, no pueden permanecer indiferentes al mencionarse el nombre de Fidel (sin necesidad del apellido). Su presencia, tanto física como ideológica, resulta extraordinaria e inexplicable en términos racionales. No se le puede ser indiferente a Fidel. Mas que omnipotente, Fidel es claramente omnipresente. Fidel es tanto símbolo como imágenes que conjuran una realidad tan real como mágica que representa, y también distorsiona, a la América Latina (siendo mucho más auténtica que Chávez, ya que no debe comprometerse con una interdependencia económica con los Estados Unidos como en el caso venezolano). El balance de su gestión es contradictorio, las conclusiones no son claras, pero con cierta intimidad que da una familiaridad de 48 años, confrontamos tanto una eulogia como un epitafio de una de las figuras más extraordinarias en la política mundial.

Arie M. Kacowicz es Doctor en Ciencias Políticas (Ph.D., Princeton 1992), Profesor y Director del Departamento de Relaciones Internacionales, Universidad Hebrea de Jerusalem, Israel.

Libros publicados
“Cambios Pacíficos Territoriales”, 1994.
“Zonas de Paz en el Tercer Mundo”, 1998.
“Paz Estable Entre Naciones”, 2000
“El Impacto de las Normas en la Sociedad Internacional: el caso de América Latina”, 2005.
“Reestablecimiento de Poblaciones en Conflictos Internacionales”, 2007.

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